Proceso de fabricación artesanal de una navaja de Taramundi

¿Cómo se fabrica artesanalmente una navaja de Taramundi J. Rodil?

La elaboración artesanal de navajas en Taramundi y sus alrededores tiene una larga tradición que se remonta a siglos atrás. En este sentido, J. Rodil se ha destacado como uno de los mejores maestros artesanos en la elaboración de navajas de esta región. Su experiencia y habilidad en el trabajo del acero y la madera se ven reflejados en cada pieza que elabora.

 

¿Qué son las navajas de Taramundi?

Las navajas de Taramundi son un tipo de navaja tradicional elaborada de forma artesanal en la zona de Taramundi, a Pontenova y alrededores, situada en el norte de España, en el límite entre Galicia y el Principado de Asturias. La fabricación de estas navajas se remonta a siglos atrás y se ha transmitido de generación en generación.

Una de las principales características que diferencian a las navajas de Taramundi de otros tipos de navajas es su proceso de fabricación artesanal. A diferencia de las navajas industriales, que se producen en grandes cantidades en fábricas utilizando maquinaria especializada, las navajas de Taramundi se elaboron desde hace siglos a mano por artesanos locales. Este proceso implica el uso de herramientas tradicionales como la forja, el martillo, la lima y la sierra, y cada navaja se trabaja de forma individual, lo que garantiza su singularidad y calidad.

Otra característica distintiva de las navajas de Taramundi es su diseño único y funcionalidad. Estas navajas suelen ser pequeñas y ligeras, con una hoja estrecha y afilada que se pliega en el mango. Además, suelen estar decoradas con motivos ornamentales tallados en la madera del mango, lo que les confiere un aspecto rústico y elegante al mismo tiempo. Estos motivos suelen ser inspirados por la naturaleza y la cultura gallega o asturiana, como animales, flores y símbolos celtas. 

Proceso de fabricación 100% artesanal de una navaja de Taramundi J. Rodil

El proceso de elaboración de una navaja artesanal es complejo y requiere de un conocimiento profundo de cada una de las etapas que lo componen. En el caso de J. Rodil, su maestría se evidencia desde el momento en que el acero es calentado al rojo vivo en la fragua y se extrae la hoja del fuego para ser moldeada a golpe de martillo en un yunque. Con cada golpe, el artesano va dando forma a la hoja y creando el diseño elegido en la misma.

Una vez que la hoja ha tomado la forma deseada, J. Rodil marca el nombre del artesano o el nombre del cliente. De esta manera, cada navaja lleva consigo el sello distintivo del maestro artesano que la ha creado.

A continuación, se cortan los bordes y se perfila la hoja, se hace la marca de la uña y se le da la forma definitiva. Pero la elaboración de una navaja artesanal no solo implica el trabajo del acero, sino también el trabajo de la madera para crear el mango.

En este sentido, J. Rodil emplea maderas duras de boj, uz y otras más novedosas como el ébano o el palisandro. El boj y la uz proceden de los bosques colindantes, ya que son arbustos que crecen silvestres. El maestro artesano comienza el trabajo del mango desbastando la madera con una “coitela” y poco a poco va cogiendo forma. Con una sierra, se le hace una ranura y se marca y rebaja el espacio para la virola.

Ahora empieza el proceso de preparar la virola, que puede ser de latón o de acero inoxidable, y se va modelando poco a poco con un martillo. Con una lima, se pulen las esquinas y se decora con el dibujo deseado. En este momento, por primera vez, se ensamblan todas las piezas de la navaja, pero no es su proceso definitivo.

Después, se le dan los últimos retoques con una lima y está listo para proceder a su decoración. Una vez tallada la madera con el dibujo elegido, se le aplica goma laca para rellenar los surcos que se dibujaron en el mango. Se desmonta la navaja otra vez y se coge de nuevo la hoja, se calienta de nuevo y es el momento en que se templa en agua fría, proceso muy delicado ya que si el temple no es el adecuado, el acero puede romper fácilmente o puede doblar.

Después de este proceso, se procede a su afilado en piedra. Después de ello, se coloca el eje en la virola. Para ello, se utiliza una varilla metálica que se corta con una sierra y se fija mediante remaches con un martillo, asegurando que la hoja quede bien sujeta al mango.

A continuación, se inicia el proceso de acabado del mango de la navaja. En primer lugar, se aplica color al mango con distintos tintes naturales y se lija cuidadosamente para obtener una superficie lisa y uniforme. Se eliminan los restos de goma laca que sobresalen y se procede a dar brillo y protección al mango mediante la aplicación de un barniz elaborado de forma artesanal.

Este proceso de acabado es fundamental, ya que es lo que da la apariencia final a la navaja y la hace única. Además, se garantiza la durabilidad y resistencia del mango a lo largo del tiempo, lo que es fundamental en una navaja de calidad.

 

J. Rodil y el legado de la familia Rodil

José Rodil es un maestro artesano de renombre en la elaboración de navajas y cuchillos de Taramundi. Con décadas de experiencia en la fabricación de estos productos, ha ganado premios y reconocimientos por su habilidad y destreza en este oficio.

Una de las razones por las que José Rodil es tan célebre es porque sigue utilizando técnicas tradicionales en la elaboración de sus navajas. Él trabaja en su fragua de A Pontenova con herramientas y maquinaria antiguas, lo que hace que sus navajas sean únicas y auténticas. Además, su meticulosidad en cada uno de los pasos del proceso de fabricación, asegura que cada navaja tenga una calidad y acabado excepcional.

Otra razón por la que la colección de navajas de Taramundi de José Rodil es tan valorada es debido a la variedad de diseños y materiales que utiliza. Él ha perfeccionado la técnica de la forja de acero y ha experimentado con diferentes maderas para los mangos de las navajas, así como con otros materiales como asta de ciervo y hueso. Cada navaja es única y tiene un aspecto y acabado distintivo, lo que la hace más valiosa para coleccionistas y amantes de las navajas.

Además de su habilidad artesanal, José Rodil también tiene un conocimiento profundo de la historia y tradición de las navajas de Taramundi. Él es capaz de transmitir su pasión y conocimiento sobre las navajas y cuchillos de la región, lo que le ha permitido ser un embajador de este oficio y de la cultura de la zona.

El maestro artesano de navajas José Rodil honra el legado familiar a través de su trabajo y dedicación en la fabricación artesanal de navajas y cuchillos. La tradición de la fabricación de navajas de Taramundi se ha transmitido de generación en generación en su familia, y José Rodil ha continuado esta tradición y la ha llevado a nuevos niveles de excelencia.

José Rodil se esfuerza por mantener las técnicas y procesos tradicionales en la fabricación de navajas de Taramundi, al mismo tiempo que introduce innovaciones y mejoras en la calidad y la estética de sus productos.

En resumen, la maestría artesanal, la variedad de diseños y materiales utilizados, el conocimiento profundo de la historia y tradición de las navajas de Taramundi, y su pasión y dedicación a este oficio son algunas de las razones por las que José Rodil es considerado uno de los mejores maestros artesanos en la elaboración de navajas de Taramundi y por qué su colección de navajas es tan valorada por los amantes de este producto.

Puede visitar la página web de J. Rodil o ver toda la colección en la tienda oficial.

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